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domingo, 1 de diciembre de 2013

Hepatitis C, la tercera en discordia.

¡Buenisimos días! Hoy continuamos con el tercer, último e importantísimo capítulo de la saga Hepatitis, la hepatitis C.

La hepatitis C es una enfermedad inflamatoria del hígado causada por el VHC, asintomática y que puede procudir cicatrización en el hígado y después cirrosis. Si se desenvuelve la cirrosis, también puede aparecer el cáncer de hígado, insuficiencia hepática y varices esofágicas y gástricas importantes.


La mayoría de los contagios se produce a través de la sangre, normalmente a través del consumo de drogas por vía parenteral. También se puede contagiar por la utilización de material no estéril y por transfusiones sanguíneas contaminadas.

La hepatitis se puede presentar como infección aguda o infección crónica. La infección aguda tiene síntomas leves y poco claros como: poco apetito, cansancio, naúseas, dolor muscular y articular y pérdida de peso. No suele haber ictericia.
En cuanto a la infección crónica, es asintomática o con síntomas mínimos durante los 10 primeros años. Después de varios años, se convierte en la principal causa de cirrosis y cáncer de hígado. La cirrosis es más común en personas con VIH y hepatitis B, en alcohólicos y hombres; y puede ocasionar hipertensión portal, ascitis, coagulopatía, ictericia y trasplantes de hígado.


La hepatitis C como ya dijimos antes se transmite por contacto de sangre y no por transmisión sexual. Podemos contraerla de las siguientes maneras: prácticas médicas con mala esterilización, con agujas contaminadas, compartiendo cuchillas o cepillos de dientes, si la madre tiene hepatitis C y raramente por vía sexual.
La prevalencia de la hepatitis C se reparte de la siguiente manera hace unos años:



El tratamiento más eficaz se basa en interferón administrado por vía subcutánea, con ribavirina por vía oral.  Los efectos secundarios del interferón son numerosos, incluidos en el síndrome gripal y provocando pérdida de masa muscular. Todos estos síntomas revierten al finalizar el tratamiento. El más temible efecto secundario de la ribavirina es que afecta a la reproducción; pueden nacer disminuidos psíquicos o con deformidades físicas . Aconsejan no engendrar hasta 6 meses después de finalizado el tratamiento y el efecto más frecuente es la anemia.

El porcentaje eliminación del virus en sangre es superior al 50% dependiendo del tipo de virus siendo el 1B el más difícil. Para evitar el contagio de la hepatitis C, debemos: no compartir agujas, usar guantes al tocar sangre de otras personas, preservativos, etc.

Espero que disfrutéis la entrada queridos...¡FELIZ DOMINGO!

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