¡Hola queridos enfermeros!
Como ya os adelante hoy os voy a hablar de las distintas fases de la infección por VIH y el tratamiento que necesitamos para ralentizar los síntomas.
La infección del VIH cuenta con distintas fases que se caracterizan por un conjunto de síntomas clínicos. Si no se aplica un tratamiento adecuado, el virus se replica e infecta los linfocitos T; el sistema inmunológico del portador reacciona ante la presencia del virus, dando lugar a una respuesta que mantiene la infección bajo control durante un tiempo. Con el paso del tiempo, el VIH es resistente a las defensas naturales del cuerpo y destruye el sistema inmune del portador, así la persona queda en peligro de contraer enfermedades que conllevan a su fallecimiento.
Como ya os adelante hoy os voy a hablar de las distintas fases de la infección por VIH y el tratamiento que necesitamos para ralentizar los síntomas.
La infección del VIH cuenta con distintas fases que se caracterizan por un conjunto de síntomas clínicos. Si no se aplica un tratamiento adecuado, el virus se replica e infecta los linfocitos T; el sistema inmunológico del portador reacciona ante la presencia del virus, dando lugar a una respuesta que mantiene la infección bajo control durante un tiempo. Con el paso del tiempo, el VIH es resistente a las defensas naturales del cuerpo y destruye el sistema inmune del portador, así la persona queda en peligro de contraer enfermedades que conllevan a su fallecimiento.
Para medir el estado de la enfermedad y el efecto de la terapia con atiretrovirales se utilizan dos técnicas:
- Citometría de flujo: población de linfocitos T CD4/ml
- PCR cuantitativa: cuantificación de la carga viral.
La infección con el virus del VIH cuenta con dos fases, aguda y crónica.
La fase aguda comienza en el momento del contagio, propagándose el virus por los fluidos corporales de la persona contagiada. Durante esta fase, el VIH se multiplica en el cuerpo hasta alcanzar niveles de infección crónica. Es una fase asintomática.
La infección aguda es similar a la mononucleosis, presenta fiebre, inflamación de ganglios, sudoración, diarrea, naúseas y vómito. Mucha gente no piensa que sea VIH debido a estos síntomas, por lo que se debe valorar si estuvo expuesto al contagio y debe acudir a un especialista. Los síntomas de la infección aguda aparecen entre 2-6 semanas después de la exposición al virus.
La fase crónica se llama también latencia clínica ya que el portador no presenta síntomas, pero el virus se sigue multiplicando rápidamente. Se puede producir alrededor de diez mil millones de partículas virales. La presencia del virus y la reacción que conlleva acaba desgastando el sistema inmune.
Sin tratamiento el SIDA aparece en un plazo de entre 5 y 10 años debido a que se reproduce constantemente y aumenta la carga viral. Durante esta fase crónica, el paciente presenta dermatitis seborréica, úlceras bucales y foliculitis.
Para el tratamiento del VIH utilizamos una serie de fármacos que se clasifican según la proteína a la que se dirigen. Se suele combinar el uso de fármacos de diferentes grupos en la llamada Técnica AntiRetroviral De Gran Actividad (TARGA). Se utiliza conjuntamente ya que no son efectivos por separado.
Uno de los más comunes es el AZT que impide que el ARN del virus se copie hacia el ADN bicatenario, evitando que se genere un provirus. Si se administra de forma aislada puede generar mutaciones en el virus volviéndolo más resistente y agresivo. Combinandolo con otros fármacos estos efectos disminuyen notablemente.
Y así acabamos la entrada de hoy, mañana hablaremos de chanchanchan...¡SIDA!
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