¡Buenos días enfermeros!
Mi última entrada de blog la voy a dedicar a una enfermedad que afecta a las mujeres y que en los últimos años se han desarrollado pasos gigantes en su prevención, además en una de las principales enfermedades que se desarrollan tras la infección por VPH y es el cáncer de cuello de útero.
El cáncer cervical consiste en la aparición de una masa anormal de células o neoplasias en la porción fibromuscular inferior del útero que se proyecta dentro de la vagina.
Los factores de riesgo de aparición del cáncer son los mismo que los de la infección por VPH y son: múltiples compañeros sexuales, tener relaciones sexuales con edad temprana, muchos partos, infección persistente con un VPH, inmunosupresión, fumar, etc.
Muchas mujeres no realizan revisiones regulares contra el cáncer cervical y en estas situaciones, es cuando aparecen la mayoría de los casos. Normalmente el cáncer cervical es asintomático pero si se presentan síntomas, son los siguientes: hemorragia anormal, aumento de flujo vaginal, dolor en el pubis y dispauremia. En fases más avanzadas del cáncer, se presenta: disuria, hematuria e invasiones rectales.
Cuando ocurre hemorragia en la vagina o se tiene flujo anormal siempre se debe de realizar pruebas médicas para confirmar si se trata o no de cáncer cervical. Para diagnosticarlo utilizamos la prueba de Papanicolaou, examen en el cual se extraen células del cérvix uterino y se analizan en un laboratorio. El resultado de esta prueba clasifica a las muestras del 1 al 5, siendo el 5 la confirmación del cáncer. Cuando obtenemos muestras de clase 2 a 5 se realizarán más pruebas como biopsias.
Otras pruebas que se hacen son la colposcopia para examinar las células cervicales más detalladamente con aparatos de aumento especiales. Se pueden detectar lesiones premalignas y la conización que es una forma más extensiva de biopsia en la cual se extrae una cuña del cérvix.
Si se confirma la presencia de cáncer cervical, se recomiendan análisis de orina y sangre y radiografías de las áreas pélvicas.
El tratamiento del cáncer depende de la extensión del mismo. Las técnicas de tratamientos son:
- Técnicas de ablación: para las lesiones premalignas, se usan la electrocoagulación, la criocoagulación o la ablación con láser.
- Cirugía: la conización para estadios muy tempranos y para estados avanzados utilizaríamos la histerectomía total ampliada, que es la extirpación completa del útero y del tejido adyacente por vía abdominal (técnica de Wertheim-Meigs) o vaginal (técnica de Schauta).
- Radioterapia para destruir las células cancerosas que hayan quedado después de haberse operado. Puede ser externa o interna (braquiterapia), con aplicación local de la fuente de radiación.
- Quimioterapia para destruir las células cancerígenas que haya en el cuerpo.
Los métodos de prevención contra en cáncer cervical son: la prueba de Papanicolaou, evitar tener relaciones sexuales sin preservativo con varias personas, no fumar, no bebe y la vacuna contra el virus del papiloma humano.
La vacuna del virus del papiloma humano ya se utiliza de forma sistemática entre mujeres de entre 11 y 14 años. Esta vacuna cubre los papilomavirus más frecuentemente asociados con el cáncer de cérvix. La vacuna se aplica antes del comienzo de las relaciones sexuales, y previene la infección del VPH de las cepas que posea la vacuna.
Para finalizar os dejo un vídeo que amplia un poco más la información que os he dado sobre el cáncer de útero:
Y esta es la última entrada mía en este blog, espero que os hayan gustado las entradas y solo desearos...¡FELIZ NAVIDAD Y AÑO NUEVO!
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